La época estival concentra mayores peligros de padecer una posible intoxicación alimentaria debido a las altas temperaturas y la humedad, tanto dentro como fuera de casa

Las intoxicaciones alimentarias son uno de los riesgos más comunes en época estival ya que, según los expertos, durante este periodo se concentran de manera mayoritaria. El aumento de temperatura y de humedad son algunos de los factores que permiten que estas intoxicaciones proliferen tanto en casa como fuera. Y es que, según el doctor Adolfo Alonso, médico de familia, el calor favorece que «en ocasiones se rompa la cadena de conservación de los alimentos, favoreciendo el crecimiento de gérmenes, bacterias o virus». Entre estos, destacan los huevos, mayonesas y salsas, pescados o mariscos, que por su delicadeza requieren unas condiciones térmicas concretas y rigurosas para su correcta conservación.
Vómitos o diarrea son los síntomas más comunes de una intoxicación alimentaria, originados por la necesidad del aparato digestivo de rechazar el alimento en mal estado «ya que no lo puede digerir correctamente, no lo tolera, y debe expulsarlo», recalca el experto. En este cuadro común de intoxicación, que se puede considerar como una típica gastroenteritis, los primeros cuidados deben dirigirse a evitar la deshidratación del afectado con bebidas alcalinas, tales como agua con una pizca de bicarbonato, azúcar, sal o limón, con el objetivo de recuperar los minerales perdidos, y realizar una dieta estricta, sin la ingesta de ningún alimento, durante 12 ó 24 horas; en los siguientes días, explica Alonso, se debe introducir una dieta blanda evitando los lácteos. «Los derivados de la leche no son malos, pero su gran cantidad de nutrientes hace que el tubo digestivo tenga que trabajar más, para lo que seguramente aún no esté preparado».
Caso aparte merece el tratamiento de una intoxicación alimentaria en grupos de riesgo como menores o ancianos, donde la posibilidad de deshidratación aumenta. «Son colectivos que en muchas ocasiones no cuentan correctamente los síntomas, por lo que hay que estar muy pendientes de su estado general, si vemos que, como decimos comúnmente, están malitos o no se encuentran bien». De hecho, si aparecen otros síntomas como fiebre o intolerancia total a los líquidos, se puede estar sufriendo una intoxicación más grave «y hay que pensar en ir al médico de cabecera o a urgencias», apunta Alonso.
El doctor recuerda también que hay pacientes inmuno-deprimidos, lo que coloquialmente se define como ‘con las defensas bajas’, que deben mostrar especial cuidado ante la aparición de cualquiera de las señales de una intoxicación alimentaria; en este grupo se incluyen aquellas personas que tengan un tratamiento crónico, hayan salido de procesos médicos u operaciones, estén poli-medicados e, incluso, los bebés «porque aunque estén sanos, aún no han desarrollado correctamente sus defensas». Especial cuidado deben tener también aquellos que viajen o hayan viajado a países tropicales o en vías de desarrollo. «Aquí abordamos la intoxicación de forma conservadora, sin medicamentos, pero la salud pública es diferente en cada país, y también el riesgo, por lo que las personas que vayan a viajar a países de estas características deben tener en cuenta que ante un cuadro de estas características deberán tomar antibióticos».
Para evitar la intoxicación por alimentos, recalca el doctor Adolfo Alonso, es necesario seguir una serie de pautas y medidas preventivas que se deben iniciar con un buen mantenimiento de los alimentos perecederos, con una correcta refrigeración y su posterior manipulación, extremando la higiene en la cocina. «Es  aconsejable lavar las verduras y frutas, evitar alimentos sensibles y preparados como mayonesas o salsas». Rutinas sencillas que facilitarán que las comidas de verano, además de refrescantes, sean saludables y sin riesgos.

 Fuente: La Tribuna de Ciudad Real